Lejos de provocar efectos positivos en nuestro cuerpo, las dietas milagrosas llegan a representar un grave peligro para nuestra salud. Con estas prácticas estaremos perdiendo nutrientes necesarios para nuestro desarrollo, dinero y alegría. Además, en la gran mayoría de los casos, las dietas milagro suelen ocasionar un efecto rebote.
La de la alcachofa, la del limón, la de la piña, la de los potitos o la Atkins. Son solo algunos ejemplos de las dietas milagro, dietas que pueden llegar a obsesionarnos psicológicamente hasta límites extremos. El esfuerzo y el peligro que suponen las dietas milagrosas a veces no son recompensados con la pérdida peso. ¿Sale rentable poner en riesgo nuestra vida? Qué duda cabe que eliminar esos kilos de más de forma natural es siempre la mejor opción.
Especialmente en esta época del año cuando empezamos a probar de forma destacada las dietas milagro para contrarrestar los efectos de las copiosas citas navideñas. Aunque se definen como una solución fácil, rápida y efectiva para adelgazar, el peligro de las dietas milagrosas es mayor de lo que pensamos. Como bien saben, estas dietas bajas en calorías deben ir acompañadas de ejercicio físico moderado para conseguir sostener la masa muscular en el cuerpo, ya que de lo contrario se ganaría peso rápidamente al incrementar la ingesta de energía diaria. Además, estas dietas no llegan a ofrecer la cantidad de nutrientes que necesita nuestro cuerpo para funcionar adecuadamente, provocándonos una sensación de malestar y fatiga, tanto en casa como en el trabajo. Muchas de estas dietas eliminan vitaminas de tipo B o hierro, que favorecen a conservar un buen estado de salud de nuestra piel y cabellera. Así mismo, este tipo de tipo de dietas podría causarnos flacidez y celulitis a largo plazo.
Otro de los peligros de las dietas milagrosas es la pérdida de masa ósea, como consecuencia de una falta de calcio y una quema muy rápida de las grasas. Nuestro estado de ánimo también se verá mermado, pues esta clase de regímenes suele provocar estrés, nerviosismo y mal humor, afectando indirectamente a nuestras defensas y a nuestra estética. Las dietas milagro eliminarán nuestra capacidad de relación social, ya que las comidas con familiares y amigos se entienden desde el punto de vista del disfrute y de la unión social. Seguir una dieta puede separarnos de nuestros seres más queridos.
Para colmo, las dietas milagrosas suponen un gran peligro para nuestro bolsillo, ya que el hecho de comprar un libro, píldoras o verduras (con lo caras que están actualmente) resulta una gran apuesta económica. ¿Para qué nos sirve creer en una dieta que luego nos hará engordar? ¿Qué dietas milagrosas debemos evitar? ¡Conozcamos algunas!
1. Dieta de la alcachofa: Dura 72 horas. Se basará en la práctica regular de ejercicio físico combinada con una alimentación a base de arroz, yogures desnatados y alcachofas. Se pueden tomar frutas, pero nunca abusar del plátano.
2. Dieta de los potitos: Todas nuestras comidas diarias serán sustituidas por los tradicionales potitos de bebés, consumiendo 14 potitos al día, además de una cena de adultos saludable. Debido a que son ricos en vitaminas, no poseen azúcares añadidos, no tienen sal ni grasa y son bajos en energía, son muy eficientes. No obstante, estaremos acostumbrando al organismo a una dieta con un elevado nivel de proteínas, descuidando otros nutrientes y alterando nuestro cuerpo. ¡Esta dieta es de las más propensas al efecto rebote, ya que con ella pasaremos hambre!
3. Dieta de Atkins: Se define como una dieta que excluye los carbohidratos y rica en proteínas. Prohíbe el consumo de: leche, frutas, verduras, pan, pasta, dulces, legumbres y cereales, tolerándose únicamente carnes, pescados, embutidos, quesos curados, mantequillas, mariscos y en ocasiones alcohol. Es una dieta cetogénica, pues el proceso metabólico generará residuos tóxicos para el cerebro (migraña o cefalea). No es eficaz, pues puede llegar a provocar enfermedades o empeorar ciertas patologías.
4. Dieta de la piña: Solo se puede comer durante una semana o dos piña, existiendo variaciones de esta dieta: piña con atún, piña con pollo o piña con pepino. La piña es depurativa, desintoxicante y diurética, por lo que asegura que en dos semanas perderemos 15 kilos. El déficit de nutrientes y los riesgos para nuestra salud están servidos con esta dieta milagrosa.
5. Dieta del sirope: Consiste en alimentarnos exclusivamente a base de sirope de savia de arce, combinado con jugo de limón, cayena y canela. Durante los 10-15 días que dura la dieta podremos fusionar este mejunje con infusiones y cafés. Es un alimento rico en azúcares, aunque su contenido en proteínas, grasas, minerales y vitaminas es inexistente. Cada litro de este jarabe cuesta alrededor de 50€.
6. Dieta de la Luna Llena: Consiste en ajustar nuestra alimentación a cada fase lunar, alterando el ayuno con alimentos ricos en líquidos. En los días en los que la luna cambia a cuarto menguante y cuarto creciente se realizará un semi-ayuno de 26 horas (tomando líquidos y sólidos). Se pueden llegar a perder 3 kilos en un día, poseyendo un efecto desintoxicante en el ayuno muy importante. ¡Supone un gran peligro para nuestra salud, pues estaremos más de un día entero sin comer!
7. Dieta del pomelo: Consiste en comer exclusivamente pomelo durante una semana, pudiendo perder 8 kilos en 7 días. Esta dieta milagrosa cuenta con un bajísimo aporte calórico, llegando a ser poco saludable esta técnica de ayuno o semi-ayuno.
La mejor solución pasa por ponerse en manos de los mejores profesionales. Ellos no asesorarán sobre nuestra condición física y nos impondrán un planing saludable, a base de una dieta equilibrada, que deberemos seguir si queremos bajar de peso pero sin poner nunca en riesgo nuestra salud. El peligro de las dietas milagro desaparecerá cuando dejemos de creer en ellas.
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